28 de Mayo
Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres
La época actual es crítica respecto de la vigencia de estos derechos. La globalización de la economía con un sesgo neoliberal capitalista ha deteriorado profundamente los sistemas e instituciones nacionales y el papel de los Estados, los cuales abandonan progresivamente su rol social y dejan de garantizar los derechos humanos consagrados. Es así como los sistemas públicos de salud se abaten con la instalación de estos modelos, mientras se fortalecen los afanes privatizadores que han hecho de la salud una mercancía solo al alcance de quienes tienen recursos suficientes. El derecho a la educación, al trabajo digno, a la protección social y a la cultura, así como el sentido ético y solidario como forma de vida en comunidad, son también afectados por el avance del mercado y sus valores distorsionados. Junto a ello, se expande y profundiza la crisis social, mientras nuevas y viejas violencias y exclusiones se potencian para desconocer los derechos humanos de amplios sectores de la población, con impacto desproporcionado en las mujeres y las niñas. Asimismo, los fundamentalismos perfeccionan cada vez más sus prácticas, siendo el intervencionismo de las jerarquías eclesiásticas en las políticas de los Estados uno de los ejemplos más nefastos.
¿Qué demandamos las mujeres, en este contexto adverso, para que nuestro derecho a la salud integral sea plenamente respetado, y para que los derechos sexuales y reproductivos puedan ejercerse en libertad y dignidad?
El acceso universal, en todas las etapas de vida, a la información y servicios de atención de la salud gratuitos o de bajo costo y de óptima calidad, para gozar de salud integral y de bien-estar,
el derecho a que nuestra diversidad sea reconocida y respetada en el diseño e implementación de esos servicios,
el derecho a ejercer una salud sexual y reproductiva sana, libres de violencias y coerción,
el derecho a conocer y respetar nuestro cuerpo,
el derecho a ejercer una sexualidad sin riesgos ni consecuencias indeseables o inoportunas,
el derecho a relacionarnos sexualmente con quien deseemos sin ser presionadas ni violentadas, en el momento que elijamos,
el derecho a buscar y sentir el placer sin culpas,
el derecho a no tener sexo,
el derecho a decidir el número de hijos e hijas que queremos tener, cuándo tenerlos, o bien a no tenerlos,
el derecho a estar bien informadas para regular nuestra fecundidad con métodos eficaces, seguros y asequibles, o que nuestra pareja los utilice,
el derecho a recibir una atención de salud de la más alta calidad en el embarazo, parto y en todos los otros momentos de nuestra vida sexual y reproductiva,
el derecho a compartir las responsabilidades de la sexualidad y la reproducción con la pareja,
el derecho a protegernos de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA, en especial cuando se trata de mujeres adolescentes y niñas,
el derecho a una participación igualitaria de las mujeres en las instancias de decisión del área de la salud, para que nuestras demandas reales y urgentes tomen preeminencia.
Postura presentada por la RMSLAC en conmemoración del 28 de mayo de 2011.